domingo, 24 de agosto de 2008

El último rock de los Stones




Hace unos días se estrenó en Lima el documental-concierto “Shine a Light” en donde Martin Scorsese captura su visión de un concierto de los Rolling Stones. Siguiendo la línea entre documental y concierto precedida por "The Last Waltz", Scorsese logra crear en el espectador la sensación de estar en el concierto mismo. Sin la adrenalina, la intensidad sonora y la interacción que se dan en un concierto de rock, claro.
No hablaré más de lo hecho por Scorsese por que el cine no es para nada mi tema.

Siempre había oído eso de que “el rock es actitud” y siempre lo creí un poco, pero nunca estuve muy seguro del por qué. Viendo el film en donde los Stones son mostrados tal y como son sobre un escenario, pude ver que efectivamente el rock sin actitud es nada, o casi nada... Muchos de los asistentes al cine estaban muy entusiasmados y vibraban casi como si fuera un concierto de verdad. Incluso el tío que estaba sentado detrás de mí y que no paraba de empujar mi asiento estaba medio cantando los temas en un pésimo inglés.


Lo que yo pude ver fue un grupo de ancianos llenos de una energía realmente sorprendente, haciendo una música elemental, técnicamente bastante mal tocada pero sin dudas, con una musicalidad muy lograda. Muy conectados con el público, con una base rítmica bastante sólida y más cosas que personalmente no creo que son buenas ni malas.
Las imágenes en blanco y negro de entrevistas pasadas en las que Jagger y cia. hablaban de lo poco probable de que siguieran haciendo música, contrastada con las imágenes del concierto, mas la actitud despreocupada, engreída y desafiante de los Stones jóvenes, en contraposición a la de los Stones viejos tomándose fotos con la familia Clinton antes del concierto, hablan de cuánto ellos han cambiado y cuánto no.

¿Se vendieron al sistema? ¿Realmente estuvieron alguna vez en contra del sistema? ¿Le ganaron al sistema al ser aceptados por él?





Muchos de mis amigos y yo mismo, conciente o no tan concientemente, tenemos en la cabeza que el rock es EL estilo musical. El "mejor" (palabra que odio usar) estilo musical que existe.
Esto se debe principalmente a que la cultura hegemónica en la actualidad es la del país más poderoso: Estados Unidos. El rock es el estilo musical por excelencia de esa cultura. Si hubiéramos vivido en otra época o si el país con mayor poder e influencia en todo sentido fuera otro, la cosa sería distinta.
El rock al final de cuentas no es mejor estilo que ningún otro. Suele ser el "mejor" estilo para las personas que nacieron en una sociedad en donde la mejor comida es la hamburguesa, así como aquí en Perú no hay nada “mejor” que una Inca Kola helada (hay excepciones claro).
Todo el poder que el rock tiene en nuestro mundo es debido a sus implicancias sociales, culturales y claro, comerciales.


El rock no ES, sino que más bien representa a algo. La rebeldía, la juventud, el cambio, el american dream, el "poder tocar sin saber tocar" que tiene que ver con el rollo gringo de que todo ciudadano común es un héroe en potencia. El hecho de que la marca de celulares Motorola saque su línea Rokr (rocker) no es casual y es muestra de que la sola palabra rock vende, aun cuando el rock como música ni suene. Lógicamente el rock es - aun - mi estilo favorito, yo nací en el siglo XX en un país muy influenciado por la cultura norteamericana pues, no puedo escapar mucho a eso.

Al ver este film, sentí una vez mas lo que muchos dicen: que el rock está muriendo. Una música no puede permanecer viva si nadie la toca o si nadie la escucha. Por ese lado, es más que lógico que el rock esté en declive, así como está en declive la hegemonía cultural (y no sólo cultural) de los Estados Unidos. Los más optimistas dirán que el rock es lo suficientemente grande como para reinventarse y que es por eso que hoy vemos una infinidad de fusiones (rap, hip hop, electrónica, etc.) Pero eso es una característica que han tenido todas las músicas a lo largo de la historia, y es esa la forma en que se han originado los nuevos estilos. De pronto un día se les dejó de llamar por su antiguo nombre. De pronto la sociedad y/o el movimiento cultural del que provenían entró en declive y un buen dia se decidió llamar a este lenguaje de otra manera. Ese es algo que no succede sólo con la música y sus vertientes.
El rock que la gente tiene hoy en su mente, no es el mismo al que tenía la gente en 1960, ni en 1983. De ese rock posiblemente sólo queden los Stones y algunos mas, que tampoco están puros musicalmente ni en su rollo inicial. Bueno, tampoco tienen por que estarlo.


No pude vivir la época de aparición del rock, y en la época que me pareció la más creativa -fines de setentas y comienzos de ochentas- o aun no nacía o era demasiado niño. Quizás me toque vivir el final del rock. Qué raro que no me de pena. Quizás sea por que no disfruté el concierto- film de los Stones, por que pude ver las limitaciones de un estilo que depende tanto del show (otro elemento fuerte en la cultura norteamericana) y por que el hecho de que Keith Richards se equivoque al tocar el riff inicial de Satisfaction ya fue muy rock n roll para mi.

sábado, 9 de agosto de 2008

Surfing with the alien




Este martes 5 de agosto Lima pudo presenciar el concierto de uno de los guitarristas más influyentes en la música rock y pop contemporánea: Joe Satriani. Hay varias reseñas por ahí e incluso yo mismo hice alguna en un foro así que no pienso hacer un resumen del show de esa noche.
Se trataba de un concierto de música instrumental, de rock, rock instrumental. Yo soy músico y esas cosas suelen gustarme, pero esa noche me aburrí un poco por que ultimanente ando escuchando otras cosas. Mientras Satriani tocaba algunos temas que yo no conocía me puse a pensar en si eso era un concierto de rock. Había un guitarrista haciendo licks de blues distorsionados en el escenario, muchos músicos de la "escena" limeña en el público, olía un poco a marihuana, habían patas con pelo largo (como yo), chicas con cara de haber ido acompañando a sus enamorados, guitarristas comentando sobre la ejecución de Satch y sus equipos, etc. Bueno, por lo menos parecía un concierto de rock, o de estos tipos de rock.

Hasta hace poco yo era mucho de creer en la onda de la música en sí misma, pero hoy ya no tanto. Sé que hay mucha gente que no considera rock a lo que tocan músicos como Satriani. Se acusa a este tipo de músicos técnicos y prolijos de no tener la "actitud" del rock. Esa actitud que entiendo como el discurso que el punk llevó a su máxima expresión: tocar sin saber tocar. Eso me gusta. Pero también creo que esa frase es el escudo de mucho oportunista musical que literalmente no sabe tocar nada pero siente que tiene algo que decir. Por otro lado hay gente que sabe tocar, pero que no tiene mucho que decir, o al menos nada interesante. ¿Interesante dije? Eso creo que es demasiado subjetivo, pero lo de la actitud también.

¿Algo que suena a rock es rock o podría no serlo? ¿La música de alguién que no sabe tocar pero que tiene "actitud", es rock? ¿Es música al menos?

El problema con la palabrita rock es que se ha popularizado y mitificado tanto a la vez, que ha llegado a abarcar demasiados conceptos. Supongo que trataré más ampliamente este tema después. Por ahora sólo quería comentar que el concierto de Satriani estuvo muy bueno pero quizás si hubiese roto una guitarra ahi, hubiera estado mejor. Ay, el rock n roll.

sábado, 2 de agosto de 2008

Fiestas patrias y la noche de la comida peruana

El último 27 de julio la empresa que produce a la gaseosa más popular en el Perú, Inca Kola, decidió realizar la primera edición de lo que se denominó "La noche de la comida peruana". El evento se realizó en el Parque de la Reserva. Además del habitual espectáculo del Circuito mágico de las aguas, hubieron fuegos artificiales, degustación de comidas y un concierto en donde participaron artistas como Fabiola De la Cuba, La Sarita y Maricarmen Marín. Es precisamente del espectáculo de la última de lo que quiero hablar.

No he asistido antes a ningún show de Maricarmen Marín, pero lo del 27 de julio me pareció especialmente interesante. Aun cuando lo que pude ver de su presentación fue básicamente el show usual de este tipo de cantantes, lo que me llamó la atención fue el intro y algunos aspectos de su puesta en escena.
De pronto se apagaron las luces, y comenzaron a sonar los pads graves típicos de los intros de artistas de otro estilos. Este sonido "misterioso" se fue llenando con sonidos electrónicos bastante bien logrados hasta convertirse en un ritmo completamente electrónico con alguna percusión latina. Además de esto había un grupo de bailarines que no eran para nada los típicos de la tecnocumbia. Usaban máscaras en onda surrealista y sus coreografías eran bastante teatrales al comienzo y lo necesariamente sensuales después. El ritmo electrónico se fue transformando en cosa de segundos en el ritmo de la tecnocumbia y empieza el show que todos esperaban.

Hasta ese momento no había reparado en la reacción del público al ver que de pronto aparecían estos bailarines sofisticados con música extraña en el escenario. Cuando Maricarmen Marín entra al escenario el público aun parecía seguir desconcertado por la primera parte del show. Esto se tradujo en que la gente no bailaba ni coreaba como probablemente lo hubiera hecho si Marín hubiera presentado un show más "normal". La cantante se dió cuenta de esto, y antes de que termine el primer tema tuvo que recurrir al recurso de decir cosas en la onda " arriba las mujeres" o cosas de ese tipo para hacer que el público participe.

Me pareció bien que Maricarmen Marín se haya preocupado por realizar un show mejor producido que el que los grupos de tecnocumbia suelen dar. Este tipo de cosas es común verlas en shows de artistas tipo Madonna o Shakira, pero aca no lo es tanto. La misma Fabiola De la Cuba tuvo una presentación bastante más modesta en el aspecto de la coreografía y lo visual. Por otro lado vi que el público mayoritario no está acostumbrado a estas cosas. Es probable que en parte a esto se deba la poca aceptación de artistas con una imágen demasiado occidental en la Lima popular.
Se suele preferir el amateurismo visual de los grupos de tecnocumbia que hacen coreografías bastante modestas y que hacen recordar al antiguo grupo Menudo, y en donde los bailarines suelen ser bastante limitados en su performance. Con tal de que muestre "carne", se podría llamar bailairina a casi cualquier chica que se mueva en un escenario.

Por un lado, no quiero criticar este "amateurismo", por que quizás ese tipo de coreografías y movimientos sean los propios del estilo, y lo de los bailarines de Maricarmen Marín sea algo que debieron guardarse para otro tipo de espectáculos. Quizá debieron guardarse también el intro con música electrónica, podría decir algún fan de la cumbia mas pura. Aunque la cumbia peruana de pura tenga poco.

Sólo quiero resaltar el hecho de cómo 2 lenguajes musicales y artísticos, que pertenecen a 2 mundos sociales distintos, no son entendidos por las otras partes. Es probable que algo similar hayan sentido los primeros seguidores de Los Shapis al verlos hacer sus coreografías y usando esa ropa tan colorida y peculiar que los distinguió. Pero después la cosa cambió. Lo que es raro al principio, puede ser normal después. Que bueno que Maricarmen Marín esté tratando de dar un paso más.